El partido 1-1, 2-1 en la serie para la U, se frenó a los 2' del segundo tiempo. Y la voz del estadio empezó a pedir el desalojo de los chilenos para poder continuar. Pero el escándalo siguió, y la barra de Independiente cruzó a buscarlos. La seguridad, siga siga.
El desalojo fue a cuentagotas. Y para cuando los violentos locales lograron pasar aquello que los separaba de los rivales, ya quedaban pocos en la popular visitante. Esos se llevaron la peor parte: acorralados, fueron linchados y hasta uno debió saltar al vacío. Quedaron heridos graves.
Lo llamativo fue que la reacción de la barra oficial de Independiente se dio luego de que la disidente -y otros sectores del estadio- le cantara para motivarlos a ir a buscar a los hinchas rivales, debido a que justamente la disidente no pudo hacer justicia por mano propia por decisión de la Policía.