La tradición del Día del Niño comenzó a consolidarse en Argentina durante la década del 50, gracias a la labor de la Comisión Ejecutiva Día del Niño, encabezada por el profesor Oscar Schiariti, que promovió festivales y acciones para establecer la efeméride en el calendario nacional y difundir los derechos de la infancia.
En el plano internacional, la celebración se fortaleció con la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño (1959) y la posterior Convención sobre los Derechos del Niño (1989). Esta última, en su artículo 31, reconoce el derecho de los niños al descanso, el juego y las actividades recreativas adecuadas a su edad.
Hoy en día, el Día del Niño se mantiene como una de las jornadas más esperadas por las familias argentinas. Desde la CAIJ, el compromiso se ha enfocado en que la fecha no solo signifique una celebración, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del juego en el desarrollo integral de la infancia.