En tanto, para el mandatario bonaerense, la elección se convirtió en una especie de "plebiscito" a la gestión nacional.
A su vez, el gobernador interpretó el voto como un rechazo a la dirección del Gobierno y, utilizando una metáfora de la campaña de Milei, ironizó: "Dijo que iba a pintar la provincia de violeta, pero se ve que no había pintura ese día. La provincia quedó celeste".
Finalmente, Kicillof advirtió que el mensaje de las urnas es claro y que el presidente deberá "revisar" su rumbo porque la gente "no está de acuerdo". En este marco, sostuvo: "El llamado de atención viene de las urnas. Milei va a tener que revisar esto porque la gente no está de acuerdo".
"El FMI tiene un papel de responsabilidad en el gobierno de Milei. Le prestó u$s20 mil millones más para sostener el tipo de cambio y se la timbearon toda", subrayó el gobernador.