En sus considerandos, la norma recuerda que el esquema de actualización de los impuestos a los combustibles se había visto postergado en distintas oportunidades y que la medida apunta a "recomponer progresivamente la recaudación tributaria sin descuidar el impacto en la actividad económica".
Los incrementos alcanzarán a la nafta y al gasoil, productos que representan más del 80% de la demanda de combustibles líquidos en el mercado interno, y tendrán un traslado directo a los precios que abonan los consumidores.
Con esta decisión, el Ejecutivo da continuidad al mecanismo de subas periódicas de los impuestos a los combustibles, que comenzó a aplicarse nuevamente este año, tras haber estado suspendido durante gran parte de 2024.