A su vez, Daniela Valdez explicó: “Le llamamos festival, pero en realidad es como un encuentro y un espacio de compartir saberes, tanto en las instancias formativas específicamente, como son las clínicas, como lo que sucede en los escenarios y lo que va a suceder en las jam sessions más tarde. Son distintas formas de compartir, de intercambiar, de crecer juntos, que es lo que nos proponemos, desde aquellos campamentos Tocar la Vida, que con Alejandro Ruiz a la cabeza de la programación artística podíamos llevar a cabo y que han dejado una huella tan significativa en los músicos de la región y del país, que hoy son consagrados y siguen rememorando y reconociendo el valor de esos momentos de encuentro que teníamos hace unos cuantos años”. Y agregó: “Con ese mismo espíritu vamos por este festival, donde vamos a estar teniendo todos estos momentos de encuentro, y donde el jazz es ese lenguaje universal que conecta, pero que está en la búsqueda de la exploración y el diálogo con nuestras propias músicas. Es momento de encontrarse y que el jazz y su magia de improvisación nos lleve a otro nivel”.